EDITORIAL:
Últimamente los emos dominan gran parte de la escena musical mainstream. MTV, Htv, Much Music, Jared Letto, Gerard Way, Panico en una disco y millones de propuestas más inundan los canales musicales. No nos molesta, respetamos ese estilo de música y rechazamos la horda de gente que les ha perseguido como si se trataran de las brujas de Salem para quemarles la pollina y quemarlos entre sus estuches de maquillaje. Resulta que antes que los gruncheros pregonaran su disconformidad con los adultos que no comprendían que hace tiempo que se había destapado el olor adolescente y que venía a patear el universo, muchísimo antes que plancharse el cabello, tener pollina y llorar en las radios estuviese en la palestra existían los sociópatas, los verdaderos pioneros del odio, el descontento, la búsqueda de la perfección, la egolatría y el descontento social. Los sociópatas no reconocen ser parte de la sociedad porque ella misma está podridamente jodida que unas personas tan entendidas y perfectos como ell@s jamás pudiesen estar allí, es por ello que se retraen y se niegan a aceptar que son parte de la misma porque para ellos es asquerosa, vil, perdida, echada a perder, venida a menos, nada que valga un diezmo para que ellos malgasten su vida allí. Es entonces cuando su mente comienza a jugar entre mundos ficticios, entre el real y el suyo propio. Donde pueden crear tendencias suicidas, sicóticas y más, pero no somos psicólogos para jugar al doctor en un tema tan delicado. La mayoría de estos individuos no tuvieron una infancia fácil, no supieron qué era una familia como debería ser, por eso y muchos otros factores son así como son, un reflejo idílico de una sociedad que no existe y que jamás existirá por el mero hecho de ser humanos imperfectos lo que nos hace especiales. Es por ello que su mente busca tener el grado de perfección máxima, lograr inventar el agua tibia, romper todos los esquemas, ser los mejores en su área, pisar a quienes deben ser pisados y vivir como debe ser. Atiborrado de excesos, pensamientos kilométricos, memorias insanas y aventuras diarias que alimentan tu ego que puede hacer que explotes en mil pedazos pero sólo tú te darás cuenta de ello cuando Desciendas y te revientes la madre contra la verdad que siempre quisiste apagar.
Lizandro Melean y Gerard Cortez /urbe@planeta.com
Últimamente los emos dominan gran parte de la escena musical mainstream. MTV, Htv, Much Music, Jared Letto, Gerard Way, Panico en una disco y millones de propuestas más inundan los canales musicales. No nos molesta, respetamos ese estilo de música y rechazamos la horda de gente que les ha perseguido como si se trataran de las brujas de Salem para quemarles la pollina y quemarlos entre sus estuches de maquillaje. Resulta que antes que los gruncheros pregonaran su disconformidad con los adultos que no comprendían que hace tiempo que se había destapado el olor adolescente y que venía a patear el universo, muchísimo antes que plancharse el cabello, tener pollina y llorar en las radios estuviese en la palestra existían los sociópatas, los verdaderos pioneros del odio, el descontento, la búsqueda de la perfección, la egolatría y el descontento social. Los sociópatas no reconocen ser parte de la sociedad porque ella misma está podridamente jodida que unas personas tan entendidas y perfectos como ell@s jamás pudiesen estar allí, es por ello que se retraen y se niegan a aceptar que son parte de la misma porque para ellos es asquerosa, vil, perdida, echada a perder, venida a menos, nada que valga un diezmo para que ellos malgasten su vida allí. Es entonces cuando su mente comienza a jugar entre mundos ficticios, entre el real y el suyo propio. Donde pueden crear tendencias suicidas, sicóticas y más, pero no somos psicólogos para jugar al doctor en un tema tan delicado. La mayoría de estos individuos no tuvieron una infancia fácil, no supieron qué era una familia como debería ser, por eso y muchos otros factores son así como son, un reflejo idílico de una sociedad que no existe y que jamás existirá por el mero hecho de ser humanos imperfectos lo que nos hace especiales. Es por ello que su mente busca tener el grado de perfección máxima, lograr inventar el agua tibia, romper todos los esquemas, ser los mejores en su área, pisar a quienes deben ser pisados y vivir como debe ser. Atiborrado de excesos, pensamientos kilométricos, memorias insanas y aventuras diarias que alimentan tu ego que puede hacer que explotes en mil pedazos pero sólo tú te darás cuenta de ello cuando Desciendas y te revientes la madre contra la verdad que siempre quisiste apagar.
Lizandro Melean y Gerard Cortez /urbe@planeta.com
Tremendo especial de URBE! Mis felicitaciones, iré posteando todos los Urbe semanalmente para que estén pendiente!
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